Ya nada es
igual, la vida se vuelve un tormento
Tormento desdichado
que aísla mi mente
En el
profundo deliro que conlleva
Demencia que
carcome mi alama
Desesperación
del mundo que me ha envuelto
Arrodillado en un suelo árido cubierto de blancura
Frisa helada
y escalofriante me arrebata mis sentidos
Acabado en
el suelo en vuelto en la nada misma
El pasado envuelve mi mente, hermoso recuerdos florecen
Toda una
vida de momentos inmortalizados
Impotencia me
come, deseo revivir ese momento mágico
Lagrima de cristal cae de aquel antiguo ojo
ciego
Un silencio
abismal es interrumpido por la creación de nuevo mundo
Aquella lágrima
de cristal dio fruto de un pequeño árbol frágil
Cada piedra que pises, retírala del camino y vuelve
a caminar con más fuerza
Miguel Ángel Rojas Arancibia