Yací en el mundo con los ojos vendados
Sin rumbo que seguir, desolado
Buscando la ayuda perfecta para seguir
Hasta que un día vi una luz brillar
Una muñeca de corazón de cristal
Si saber que era le regale mi sonrisa
Tímidamente se aferro a mi mando
Esa mando a magullada de heridas
De apoco fue mostrándome el mundo
Se convirtió en la mentora de mis ojos
Percibí un mal dentro de su cuerpo
Su corazón estaba herido profundamente
Tome su mano y la desaloje en mi pecho
Despojo de su ojo una lágrima negra
La que se convirtió en blanca
Al tocar mi mano a magullada
Inspirado y dedicado para mi querida amiga Selena Valladares
Fecha de creación 01 de Febrero del 2011
Miguel Ángel Rojas Arancibia
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